¡Qué hermosa es nuestra religión! En el fondo nos manda poco: amar a Dios, amar a los hermanos, asistir a la Eucaristía los domingos... Las otras religiones exigen mucho más. Pensad en tantas y tantas con prohibiciones muy severas, ritos pesados, etc., Para las devociones cada uno puede elegir la propia devoción según su cultura, costumbres, etc.
La Virgen, he aquí una devoción excepcional; la Iglesia tiene para Ella la hiperdulía, un superculto; todos los santos han sido marianos, los artistas, los poetas... La Virgen no es un marco; entra en el misterio de la redención humana desde el día de la Anunciación hasta su participación en el sacrificio de la cruz.
¡Cómo le gusta!
En el año 1917 la Virgen de Fátima se apareció a tres pastorcitos, que estaban en una cueva, mientras su rebaño pastaba. Lucía, una de las pastoras, cuenta:
"La aparición no se realizó el día 13 de agosto en Cova de Iría porque el Administrador del Ayuntamiento apresó y llevó a Vila Nova de Ourem a los pastorcitos con la intención de obligarlas a revelar el secreto que les había dicho la Virgen que sólo podrían desvelar al Papa. Los tuvo presos en la Administración y en el calabozo municipal.
Les ofreció los más valiosos regalos si descubrían el secreto. Los pequeños videntes respondieron:
- No lo decimos ni aunque nos den el mundo entero.
Los encerró en el calabozo. Los otros presos que estaban en el calabozo les aconsejaron:
- Pero decid al administrador ese secreto ¿qué os importa que esa Señora no quiera?
- ¡Eso no -respondió Jacinta-, prefiero morir antes que no hacer lo que nos ha dicho la Virgen!
Y los tres niños rezaron con los otros presos el Rosario, delante de una medalla de Jacinta colgada de la pared.
El administrador, para atemorizarlos, mandó preparar una caldera de aceite hirviendo, en la cual amenazó asar a los pastorcitos si no hacían lo que les mandaba. Ellos, aunque pensaban que la cosa iba en serio, permanecieron firmes sin revelar nada".
Ni siquiera en esas circunstancias dejan de rezar el Rosario porque la Virgen se lo ha pedido, y saben que le gusta. Ojalá tú tampoco dejes de dar ese gusto a tu Madre: dile que todos los días de este mes tratarás de regalarte el rezar, al menos, un misterio del Rosario (un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria). Es muy fácil... y ¡cómo le gusta!
Ahora, si te parece, puedes comentar con María este propósito. Después termina con la oración final.
Texto escrito por José Pedro Manglano Castellary (Sacerdote)
Arrimarnos a María es sentir que el corazón late con el sístole y el diástole de la felicidad y de la alegría.
El Jacinto simboliza el corazón feliz y rebosante. Encontrarnos con María es querer que Ella toque un poco esa parte de nuestro ser que se debate entre el bien y el mal, la pobreza y la riqueza, la salud y la enfermedad, la paz y la violencia.
Enseñar a María, la flor del Jacinto, es dejar un hueco en el interior de nuestros corazones para que Ella lo llene con la presencia de Cristo Resucitado.
Por cierto; ¿sabías que los Jacintos necesitan pasar por un tiempo frío para florecer? Ojalá que la situación gélida en el campo de la fe que está viviendo la Iglesia en algunos continentes y, especialmente en algunos países, sea un presagio de un nuevo florecimiento de auténticos testigos del Señor.
“La alegría es el buen tiempo
que hace en el corazón”
(T.Kar)
La Virgen no es un marco; "entre" en el misterio de la redención humana desde el día de la Anunciación hasta su participación en el sacrificio de la cruz.
ResponderEliminarDebe decir: La Virgen no es un marco; "entra" en el misterio de la redención humana, desde el día de la Anunciación hasta su participación en el sacrificio de la cruz.
Por eso no es un marco. Es protagonista, es parte del dibujo. Creo que hay una errata de imprenta. Al menos a mi me parce o está mal redactada.
Un abrazo Franja.
Y cada día me gusta más el blog de Baredo.