Cuando,
más allá de trompetas triunfales
anuncie,
con mi propia vida y hasta con sangre
que
tu Reino es justicia, paz y libertad.
Cuando,
además de contemplar tu belleza
descubra la radicalidad de tu mensaje
la
dulzura y, a la vez, la exigencia de tus palabras.
REINARÉ, CONTIGO, SEÑOR
Huyendo
de la grandeza y del poder
abrazando
, con humildad y obediencia,
el
peso de la cruz que surja por delante
Sí,
Señor;
Reinaré
contigo sabiendo que,
soy y no soy del mundo,
que,
no siempre seré comprendido
como
Tú, Señor, tampoco lo fuiste
desde
el primer día de tu nacimiento.
REINARÉ, CONTIGO, SEÑOR
Sin
más bandera, que el evangelio en la mano.
Sin
más fortaleza, que el alma bien dispuesta.
Sin
más armas, que el amor que dinamita el odio.
Sin
más corona, que el servicio cumplido.
REINARÉ, CONTIGO, SEÑOR
Anunciando
tu misericordia y tu lealtad
Tu
presencia y tu comunión con el Padre
Tu
fidelidad y tu reinado de vida y verdad.
REINARÉ,
CONTIGO, SEÑOR
Y,
con tu Espíritu, me empujarás
por
el sendero de la verdad y lejos de la mentira
Apartándome
de aquellos que, dicen ser de los tuyos,
pero
se comportan como si nunca te hubieran conocido.
Dando
gracias por tu nombre y proclamando
que,
Tú Señor, eres Rey, siempre Rey, sólo Rey
Amén.
Javier
Leoz
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