POR TI, SEÑOR
Daremos razón de tu nombre,
aunque, el hablar de Ti,
nos cause desasosiego o
incomprensión.
Ofreceremos, nuestras manos
abiertas,
aún a riesgo de ser tratados
como ilusos
de que, lo que damos o hacemos,
no sirve de nada ante un mundo
en el que sólo se valora lo que
se paga.
POR TI, SEÑOR
Miraremos al cielo
buscando un
rasgo de tu presencia.
Miraremos hacia el duro asfalto
para llevar tu Buena Noticia,
la alegría de tu ser resucitado
tu Palabra, como aliento y vida,
tu rostro que tonifique nuestra
triste existencia.
POR TI, SEÑOR
Amaremos, aún no siendo amados.
Y, en medida rebosante y sin
cuenta,
colmaremos y calmaremos
los corazones que necesitan paz,
las almas que se han tornado en
tibias,
los pies que se resisten a
caminar,
los ojos que se han quedado en
el vacío.
POR TI, SEÑOR
Mantendremos, eternamente nuevo,
el mandamiento que Tú nos
dejaste:
amar, sin mirar a quién
amar, sin contar las horas
amar, con corazón y desde el
corazón
amar, buscando el bien del
contrario
amar, buscándote en el hermano.
POR TI, SEÑOR
Padre Javier Léoz
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