CONTAR CON JESÚS PORQUE ES JESÚS
" Si todos contamos con el calor y la luz del Sol de cada día porque es Sol, ¿por qué no hemos de contar sin titubeos ni vacilaciones, sino con la confianza más cierta e inconmovible, con el amor misericordioso y omnipotente del Jesús de nuestro Sagrario y de nuestra Comunión porque es Jesús?
Muy cerca, es verdad, muy encima y muy adentro de nosotros están la enfermedad, la pobreza, la tribulación, llámese como se llame; pero más cerca, más encima y más adentro, y, por añadidura, con infinitamente más poder para hacernos bien, está el amor de Jesús Sacramentado.
¿Verdad Jesús de los Sagrarios acompañados, que en medio de tantos rezos y cánticos y luces y flores, echas de menos lo que más te gustaría, o sea ¡nuestros cuidados dejados a Ti! ¡El que contáramos contigo! ¡El que nos fiáramos de Ti!
Incienso de la confianza que se abandona en Jesús Sacramentado, ¡cómo necesitas perfumar y desinfectar los Sagrarios acompañados!"
LO QUE JESÚS NOS DA POR SU EUCARISTÍA
"Jesús, por su real Presencia, es el Compañero silencioso y perpetuo del alam, por la obedencia con que se deja consagrar, reservar, exhibir... por el silencio que guarda, el ejemplo que le da y la gracia que le comunica.
En cuanto Sacramento, la Comunión es el alimento diario y supersustancial del alma.
En cuanto Sacrificio incruento o Santa Misa, es la representación y renovación perenne del de la Cruz y aplicación del precio de Redención que en aquel mereció.
En cuanto por medio de todo esto nos asemejamos, incorporamos y unimos a Él, es semilla y prenda de Resurrección y de Gloria"
Manuel González García (Sevilla, 25 de febrero de 1877 - Madrid, 4 de enero de 1940), también conocido como Obispo del Sagrario abandonado o El Apóstol de los Sagrarios Abandonados, fue un sacerdote católico español, obispo de Málaga y de Palencia, y fundador de varias congregaciones religiosas, beatificado el 29 de abril de 2001, por el papa Juan Pablo II.
Palabras del Beato Manuel González:
" ¡Qué bella es mi fe y qué dilatados horizontes abre delente de mí!"
" Pido ser enterrado junto a un Sagrario, para que mis huesos, después de muerto, como mi lengua y mi pluma en vida, estén siempre diciendo a los que pasen: ¡Ahí está Jesús! ¡Ahí está! ¡No lo dejéis abandonado!"
" Maná escondido de nuestros Sagrarios, ¡enséñanos a saborearte!"
“Dios mío, que se enteren tus hijos que en el santoral de la Iglesia de la tierra y en la corte de la Iglesia del cielo no hay más santos que los de barro...,y de un solo barro, marca “Adán”!
"Hay pueblos, y no creáis que allá entre los salvajes, hay pueblos en España en los que se pasan semanas, meses, sin que se abra el Sagrario; y otros en los que no comulga nadie, ni nadie visita el Santísimo Sacramento; y en muchísimos, si se abre es para que comulgue alguna viejecita del tiempo antiguo. ¿Qué mayor abandono que estar solo desde la mañana a la noche y desde la noche a la mañana? (…) Jesucristo en el Calvario, abandonado de Dios y de los hombre por quienes se inmola, ¿no se parece mucho al Jesucristo del Sagrario abandonado, no de Dios, que lo impide su estado glorioso, pero sí de los hombres por quienes se inmola constantemente? Si hay alguna diferencia es desfavorable para su vida de Sagrario. En el Calvario siquiera había unas Marías que lloraban y consolaban; en esos Sagrarios de que os he hablado, ¡ni eso hay!"
Palabras del papa Juan Pablo II en la homilía de la Misa de Beatificación:
Aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro:
"Es el Señor" (Jn 21, 7). En el evangelio hemos escuchado, ante el milagro realizado, que un discípulo reconoce a Jesús. También los otros lo harán después. El pasaje evangélico, al presentarnos a Jesús que "se acerca, toma el pan y se lo da" (Jn 21, 13), nos señala cómo y cuándo podemos encontrarnos con Cristo resucitado: en la Eucaristía, donde Jesús está realmente presente bajo las especies de pan y de vino.
Sería triste que esa presencia amorosa del Salvador, después de tanto tiempo, fuera aún desconocida por la humanidad.
Esa fue la gran pasión del nuevo beato Manuel González García, obispo de Málaga y después de Palencia. La experiencia vivida en Palomares del Río ante un Sagrario abandonado le marcó para toda su vida, dedicándose desde entonces a propagar la devoción a la Eucaristía, y proclamando la frase que después quiso que fuera su epitafio: "¡Ahí está Jesús! ¡Ahí está! ¡No lo dejéis abandonado!". Fundador de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret, el beato Manuel González es un modelo de fe eucarística, cuyo ejemplo sigue hablando a la Iglesia de hoy.
Estampa Oración Causa Canonización:
Recuerdo-tengo en mi memoria- de hace muchos años, leyendo en el seminario la vida del Beato Manuel, antes era D. Manuel Gonzalez, Obispo de Palencia, que me llamó la atención un comentario del Beato, después de una Ordenación de Presbíteros, (Ordenación Sacerdotal), en la que decía que le había impresionado ungir con el Santo Crisma en la Ordenación las manos de unos monjes cistercienses del monasterio de San Isidro de Dueñas, porque estaba encallecidas por el duro trabajo manual que hacían durante el día, según la Regla de S. Benito y de S. Bernardo de Claraval. Decía que al pasar el dedo ungiendo con el crisma las durezas impresionantes de sus manos, se había estremecido, porque las suyas eran lisas y estaban bien cuidadas.
ResponderEliminarEsto le hizo afinar y ser muy delicado con el Señor, y agradecer lo mucho que Dios le había dado y que tenía que santificarse cuidando bien sus ovejas, las almas de los diocesanos a su cargo en la Diócesis de Palencia. Y así lo hizo.
Que os sirva el comentario. Franja.