Inmaculada Madre de Dios,
en la soledad de Nazaret,
a solas con tu Tesoro...
adoras, amas, esperas.
Él en tu Sagrario virginal...
tus manos juntas en plegaria...
Un ardor divino da a tus latidos ritmo para dos corazones...
Flor de pureza, fragancia de lirio, amor intacto...
Contigo estoy solo, y espero...
Madre muda del Verbo que calla,
enséñame a desaparecer amando.
Aurora que anuncia el día.
Toda la tierra espera el Fruto deseado...
Pétalos de corola estremecida, tus entrañas virginales...
Dios te salve, María...
Intercede por la Iglesia... salva al mundo...
Compadécete de la Juventud... ruega por tu Cruzada-Milicia...
Engendras a UNO solo y te haces Madre de la multitud.
Madre de la Unidad, intercede por nosotros.
Santa María del Adviento:
junto a ti, en el Nazaret de la vida oculta...
Estudio, oración, entrega, trabajo, olvido...
Granos de incienso, silencio amoroso...
A todo lo que Él quiera responderé como Tú: Hágase...
Música callada, soledad sonora,...
Divino silencio preludio de eterna armonía...
Escucharé la voz que clama en el desierto...
Me anonadé tomando forma de Siervo...
He venido, Padre, a hacer tu Voluntad...
Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Único...
Y el Verbo se hizo carne...
Maranatha!
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