A Ti que eres la Madre,
que amas con ternura,
venimos a ofrecerte nuestra vida
y a decirte que te amamos;
que somos tus hijos que confiamos
en el poder de tu protección.
Llévanos sobre tu corazón
junto al Niño que descansa en tus brazos,
consuélanos en la aflicción,
fortalécenos en la tentación.
Haznos crecer en la fe, en la esperanza,
y en el amor a Dios y a los hermanos.
Conserva en nuestro interior
la alegría de ser hijos de la Iglesia.
Impúlsanos para que seamos
entusiastas evangelizadores del Reino.
Y que tu bendición nos acompañe, Madre
hasta ver la hermosura de Dios en el Cielo.
Amén
El devoto de la Virgen es aquél que todos los dias se acuerda de Santa María invocándola como Madre. Que se ofrece todos los días al Señor por medio de su maternal protección y tiene para con Ella una devoción constante que se manifiesta en aquellas prácticas de piedad que hacen crecer el cariño a la Madre y por ella a su Hijo Jesús, el Señor. Yo te señalaría, el rezo del Santo Rosario ofreciendo y meditando cada misterio, rezando las tres avemarías al acostarse, y el rezo de esas oraciones que todas las mamás transmiten a sus hijos, para rezar toda la vida hasta la hora de la muerte. Franja
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