Como cada año, en esta
solemne ocasión de la fiesta de nuestra patrona, Nuestra Señora la Virgen del
Carmen, quiero enviaros un afectuoso saludo a toda la familia marinera de
España y agradecer a nuestra Señora su protección, así como pedirle que nos
siga bendiciendo en esta hora difícil y de profundos cambios. Celebraremos esta
fiesta a la luz del lema: «Rema mar adentro. Por tu palabra echaré las redes».
Queremos poner en el centro de nuestras vidas la fe en Jesucristo, como nos
propone la Iglesia en este Año santo de la fe. Para ello acogemos la invitación
del Señor a remar mar adentro para introducir a todas las gentes del mar en el
camino de una nueva evangelización, tal como nos propone el Plan Pastoral de la
Conferencia Episcopal Española para los próximos años.
Las gentes del mar
deseamos acoger también hoy el Evangelio de Jesucristo para proclamar y
defender con valentía la dignidad humana que con frecuencia es descuidada en el
mundo del mar. En este sentido la obra de la Iglesia que atiende pastoralmente
a la gente del mar, conocida como Apostolado del Mar, viene realizando en todo
el mundo un acompañamiento desde la fe para llevar luz a la vida de todos los hombres
y mujeres del mar y ayudando solidariamente a los marineros necesitados y a
todas sus familias.
En el pasado mes de
noviembre se ha celebrado en Roma el XXIII Congreso Mundial del Apostolado del
Mar. Ha sido un acontecimiento extraordinario en el que hombres y mujeres del
mar de todo el mundo hemos reflexionado sobre la nueva evangelización en el
mundo marítimo y en el que se abordaron una serie de cuestiones que influyen en
la vida y en el trabajo en el mar. Se planteó como desafío profundizar el
compromiso de la Iglesia con todos los sectores del mundo marítimo, así como se
urgió a la comunidad internacional la indispensable mejora de las condiciones
de vida y de trabajo de todos los hombres y mujeres del mar. Asimismo, el
Congreso Mundial puso de relieve el ejemplo de servicio que las gentes del mar
prestan unos a otros en medio de la incertidumbre, del aislamiento y del
peligro, ofreciendo a todos los hombres un modelo para vivir en un mundo que
cambia.
El papa Benedicto XVI
recibió a los participantes en el Congreso Mundial y les dirigió un importante
discurso, cuyas líneas fundamentales vuelvo a traer a vuestra consideración.
El Santo Padre comenzó recordando al papa Pío XI, que el año 1922 aprobó las
Constituciones y el Reglamento del Apostolado del Mar, rememoró la figura del
beato Juan Pablo II, que confirmó dicha misión con el motu proprio Stella
Maris y agradeció a todos los presentes el haber respondido a su llamamiento
al convocar el Año de la fe, a fin de dar un renovado impulso a toda la misión
de la Iglesia.
En su discurso, el
papa Benedicto recordó que desde los albores del cristianismo el mundo marítimo
ha sido vehículo eficaz de evangelización. La navegación marítima ha sido el
cauce de los Apóstoles y de los discípulos de Jesús para ir a todo el mundo. Y
el papa nos recordaba que también hoy la Iglesia surca los mares para llevar el
Evangelio a todas las naciones y que nuestra presencia en los puertos y las
visitas que diariamente hacemos a los barcos son el signo visible de la solicitud
pastoral de la Iglesia. Se refirió el Santo Padre Benedicto XVI a los complejos
efectos de la globalización para las gentes del mar y nos dijo que la
vulnerabilidad de las gentes del mar debe hacer más atenta la solicitud de la
Iglesia. El papa tuvo un recuerdo especial para los pescadores y para sus
familias por las dificultades presentes y por la incertidumbre del futuro,
marcado por los efectos negativos del cambio climático y por la explotación
excesiva de los recursos.
El papa finalizó su hermoso mensaje a las
gentes del mar pidiéndonos que no abandonemos nuestra posición de primera
línea en la evangelización de numerosos hombres y mujeres de diferentes
nacionalidades que transitan por nuestros puertos y que sigamos respondiendo
sin titubear a la gente de mar que nos espera a bordo para llenar su profunda
nostalgia del alma mostrándoles el rostro solícito de la Iglesia que acoge.
Como podéis ver, estas
palabras del papa Benedicto XVI están marcadas por la preocupación y la
confianza que la Iglesia siempre mostró hacia los hombres y mujeres del mar.
Estos sentimientos son los mismos que alientan el recién iniciado ministerio
apostólico del papa Francisco. Él nos pide que tenemos que ir a las periferias
para anunciar y testimoniar la Buena Nueva del Señor. En esas periferias del
mar hay muchos hermanos que nos siguen esperando.
En el próximo mes de
octubre celebraremos en Huelva las Jornadas del Apostolado del Mar. Pedid para
que toda la gente del mar seamos capaces de unir nuestras fuerzas para
trasmitir a toda la familia marinera el cariño y la cercanía de Jesucristo y
de su Iglesia.
Que
Nuestra Señora la Virgen del Carmen, Stella maris, alumbre siempre
vuestra esperanza y os colme de bendiciones con todas vuestras familias.
Con mi
bendición y todo mi afecto.
✠ Luis Quinteiro Fiuza
Obispo de Tui-Vigo
Promotor del
Apostolado del Mar
Fuente:http://www.conferenciaepiscopal.es
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