Quisiera ser como él, Jesús
cercano
a Ti, amarte a Ti y, luchar por Ti.
Pero
no siempre, Señor,
tengo
el valor de dar mi vida por Ti,
de
ofrecerme por Ti
y
de amarte a Ti, sobre todo, Señor.
QUISIERA SER TAN CERCANO COMO SANTIAGO
Y,
sin pretender un puesto especial en el cielo,
luchar
por el cielo aquí y ahora
Y,
subiendo –como él- hasta el Tabor de la oración
vivir
contigo y permanecer fiel contigo hasta el final.
Más
no siempre, Señor, es así:
pretendo
grandezas y seguridades,
prefiero
el ruido a la reflexión,
o
adorar a falsos dioses que me alejan de Ti, Señor.
QUISIERA SER TAN CERCANO COMO SANTIAGO
Y,
casi como él, ser amigo y confidente
compañero
y familiar
pregonero
y aventurero
mártir
o heraldo del Evangelio.
Salir
y marchar, lejos de mis paraísos,
hacia
esos lugares que no han oído nada sobre
Ti.
Caminar,
con cuerpo y alma,
y
morir en un único empeño:
seas
conocido, esperado y amado.
Amén
Javier
Léoz
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