Madre de los pobres,
los humildes y sencillos,
de los tristes y los niños,
que confían siempre en Dios.
Tú, la más pobre
Tú, perseguida,
vas huyendo de Belén.
Tú, que un pesebre,
ofreciste al Rey del cielo.
Toda tu riqueza,
fue tenerle solo a Él.
Tú, que en tus manos, sin temor,
te abandonaste.
Tú, que aceptaste ser la esclava del Señor,
vas entonando un poema de alegría:
“Canta, Alma Mía, porque Dios
me engrandeció”
Tú, que has vivido el dolor y la pobreza,
Tú, que has sufrido en la noche sin hogar,
Tú, que eres madre de los pobres
y olvidados,
eres el consuelo del que reza en su llorar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si quieres comentar no tengas inconveniente. Solo te ruego que seas educado y no uses nunca palabras soeces ni injuriosas. En caso contrario tendría que anularlo a continuación. Muy agradecido.