Dios me pidió un poema sobre las bellezas de la creación,
y yo me puse a hablar de las cosas que Él creó.
Hablé del Sol,
y sentí sus manos calentándome.
Hablé de la Luna,
y sentí su brillo envolviéndome.
Hablé de la noche,
y sentí sobre mí su manto de estrellas.
Hablé de todo lo verde del planeta,
y sentí su soplo de esperanza.
Hablé de las aguas,
y sentí su inmersión en el misterio de mi espíritu.
Hablé del cielo,
y sentí que su azul me protegía.
Hablé del fuego,
y sentí sus llamas quemando mis penas.
Hablé del aire,
y sentí su soplo divino renovándome.
Hablé de todos los seres,
y sentí su presencia en cada forma viviente.
Y a Él le presenté todo lo que escribí:
"Aquí está el poema que pediste,
espero que apruebes todo lo que escribí"
Y oí su respuesta:
"Prosigue, aún no has hablado de ti"
Fuente: http://www.gabitogrupos.com/
Imágenes: http://www.pequeocio.com/
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