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13 may 2013

En Mayo con María - Reflexión y Flor Día 14



Cuando el ángel de la Anunciación se aparece a María no la saluda por el nombre, sino que exclama: "Salve llena de gracia". Alégrate, llena de Dios, llena de alegría.

Sólo después dirá: "No temas María" ¿Qué significa este nombre? Para nosotros significa la Toda bella, la bella Señora, la estrella de la mañana, la estrella del amor...
De Amicis decía de su madre: "Cuánto más la miro, más bella me parece". María es la criatura más Pura, más Santa, más Inmaculada de la creación. Así también nosotros miramos a María. Su belleza transformará nuestro corazón.





Dejadme a María: el escapulario


El día 16 de julio de 1251 se apareció la Virgen a San Simón Stock, superior General de las Carmelitas, y prometió unas gracias y cuidados especiales para aquellos que llevaran el escapulario del Carmen.

El escapulario es una pequeña imagen de la Virgen del Carmen en tela (puede ser también una medalla) para colgarse al cuello.

Santa María quiere que llevemos una imagen suya en el pecho. Y como llevar el escapulario puesto significa que se le ama y que se quiere la compañía y protección de María, la Virgen prometió a quienes viviesen y muriesen con el escapulario que Ella se encargaría de conseguirles la ayuda para obtener la perseverancia final; es decir, una ayuda particular para que, quienes no estén en gracia, se arrepientan en los últimos momentos de su vida. Y además prometió que Ella se encargaría de que saliese del
purgatorio al sábado siguiente a la muerte.

Es lógico: si no le dejamos, Ella no nos dejará.

Cuentan que cuando fue elegido Papa León XI, mientras le revestían con los hábitos papales, le quisieron quitar el escapulario que llevaba entre la ropa. El Papa dijo a los que le ayudaban: "Déjadme a María, para que María no me deje".
Madre mía, llevaré siempre el escapulario. No te dejaré, y Tú no me dejes en ningún momento.

Continúa ahora hablándole un rato.

Texto escrito por José Pedro Manglano Castellary (Sacerdote)

 

“El secreto de la felicidad
no consiste en hacer siempre
lo que se quiere,
sino en apreciar
siempre lo que se hace

(L.N.Tolstoi)


María desde el principio, aún sin entender ni comprender aquel Misterio que se le asomaba, quiso entregarse a él sin condiciones.

La flor “adelfa” simboliza la decisión y el coraje.

No hay nada que nos pida Dios que nos sea imposible realizar. Cuando uno se pone en sus manos sabe, de antemano, que todo lo que venga del cielo está llamado a su plena realización.

“¡Hágase en mi según tu Palabra!” Con María tenemos un seguro por el cual Ella nos empuja y nos dinamiza en nuestra vida espiritual y material.

Con María aprendemos a querer y a disfrutar con las indicaciones de Dios que no pretenden otra cosa sino el que llevemos una vida digna y sin sobresaltos, feliz y sin estridencias.

Ojalá, pidámoslo a la Virgen, nuestra confianza en Jesús sea tan perenne como la hoja de la adelfa que nunca muere.

 

http://www.javierleoz.org/

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