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26 nov 2012

Una palabra para cada día de la Tercera Semana de Adviento 2012



3ª Semana de adviento: ¡ALEGRAOS!



Lunes:  Alegraos de Jesús
El Papa Benedicto, no hace mucho tiempo, nos alertaba de lo siguiente: “en el mundo hay un gran olvido sistemático de Dios”. ¿Qué es la Navidad entonces? ¿Para qué una Navidad sin Niño? ¿Para qué un Belén sin amor divino? ¿Para qué gastar kilowatios en luces, si esas luces, no significan algo más profundo  que fasto y gasto desenfrenado?
Nosotros, como cristianos, tenemos un gran reto: que no nos roben el sentido de la Navidad. Nuestra alegría será gigantesca, verdadera, ilusionante, si ponemos a Jesús en el centro de estos días que se acercan. ¿Es Jesús tu alegría? ¿Ponemos la estrella, el árbol, el belén, los adornos en su nombre?
Algunos (incluso cristianos) cuelgan en sus casas, en sus balcones y en sus ventanas a “ese muñeco barrigudo y barbudo llamado papá noel”. Nosotros, por el contrario, en el corazón y en el hogar…pondremos el Belén. Entre otras cosas porque nos alegramos del nacimiento de Jesús. ¡Somos los de Jesús!

¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?
Mt 21,23-27

Martes: Alegraos de creer
El que con fe se acerca a Dios, no vuelve con la canasta vacía
Fe es lo que da valor a las cosas que no podemos ver
Fe es acercarse a Dios y es llevar fruto aun en la debilidad
Fe es la palabra de aliento para los que están en sufrimiento
Fe es el regalo de Navidad que tenemos para lograr la paz
Fe es lo que recibimos al oír la palabra de Dios
Fe es la que debe permanecer en nuestros corazones, junto con la esperanza y el amor. Es lo que nos hace caminar confiados en las manos de Dios.
Fe es el escudo o defensa que tenemos los cristianos para rechazar
¡Alegrémonos, amigos! Teniendo tanto por hacer, y a Dios por medio, el creer, acoger y esperar en Jesús, es el regalo más codiciado y escondido de la Navidad.
¿Creemos de verdad? Os dejo con esta anécdota
Luis IX, rey de Francia, estaba trabajando arduamente en su despacho,
cuando el mayordomo llegó, y le dijo:
–– “¡Majestad, ven pronto, por favor!... En la capilla del palacio, sobre el altar,
se apareció Jesús; todos le están viendo”.
Sin emocionarse, el rey contestó:
–– “Yo siempre he creído que Jesús está presente en la Eucaristía; ninguna necesidad tengo de verle con los ojos”.




“Y aún después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis”
Mt 21,28ss

Miércoles:  Alegraos de ver y de oir
Caminando en la noche, la humanidad no ve, todo es oscuridad.
¡Sólo la luz del sol! nos puede despertar del largo sueño.
Encendiendo en el corazón, la fe y el amor.
¡Ven y sálvanos! Caminando en la luz, la vida tiene otro color.
¡Todo es regalo de Dios! en el nuevo día.
¡El Señor trae la salvación! Se oye una canción de libertad, vuela la paz,
y en la tierra brilla la felicidad.
¡Ven y sálvanos! Porque, la realidad que nos rodea, está inquieta, enferma, ciega y torpe para ver y escuchar los latidos de la Navidad.
¡Ven y sálvanos! Mira, Señor, la prensa de cada día. ¿No lo lees? ¿No ves las imágenes de terror y de hambre, de injusticia y de guerras?
Hoy, Señor, nos alegramos de ver y oir el clamor de los pobres.

“Id y anunciar a Juan lo que habéis vito y oido: los ciegos ven, los invalidos andan…”
Lc 7,19-23

Jueves:  Alegraos del camino
No hay Navidad para el amor: el amor es la Navidad. La Navidad es el amor de Dios. ¡Cómo no vamos a estar alegres, ya desde ahora, ante el gran acontecimiento que se avecina!
El amor es la Navidad y, la Navidad, es el amor de un Dios que baja. Que se precipita a velocidad de vértigo para salvar a la humanidad. ¿Nos damos cuenta de ello?
¡Atrévete, confía en mí, y te recogeré! (decía su padre a un niño que pretendía deslizarse por el tobogán).
¡Baja, Señor, porque te necesitamos! La Navidad es un camino, es el tobogán por el que Dios desciende para que nosotros, hombres y mujeres, disfrutemos de su presencia. ¿Nos molestaremos en salir a la ventana para ver el mensaje que trae el cielo?
Unos, los más inconscientes, jugarán con estos días como si de un juguete se tratara. Otros, ojala nosotros, estaremos al pie del Misterio: quedándonos con el mensaje de unos días en los que, Dios, ablanda el corazón de los más duros y acerca a los adversarios para que se den la mano.

“Yo envío mi mensajero delante de ti para que prepare el camino ante ti”
Lc 7,24-30)

Viernes: Alegraos de la verdad
Una mujer dirigía siempre su oración y nunca era respondida por Dios. Pidió entonces ayuda a un sabio que habitaba en un convento muy alejado, quien le dijo: ¿"Cómo oras a Dios? "Ella respondió:" Señor, este día tengo muchos problemas, muchas dificultades, necesito ayuda y ya no se que hacer. Te pido que tengas compasión de mi pues mis fuerzas se han agotado. Mi familia no me ayuda y tengo muchos enemigos"
A lo que el sabio respondió:
"Tu problema radica en algo muy sencillo, cuando oras, debes ver a Dios y no ver tus problemas. Dirigirte a Dios confiando en que El escucha, y sabiendo que su poder está sobre todas las cosas. De esta forma reconocerás a Dios como centro de tu vida, y entonces tu oración será escuchada, y aún así, Dios escucha intentos, nunca dejes de orar. Has hecho bien y por eso Dios te ha escuchado."
¿Vivimos de verdad la Navidad? ¿Cómo la estamos preparando? ¿Qué obstáculos vamos levantando para que, esos días, no sean auténticamente cristianos?


“Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad”…el Padre me ha enviado”
Jn 5,33-36



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