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3 sept 2013

Reflexión: Quiero aprender a escuchar



Quiero aprender a escuchar, quiero escuchar con los ojos y oídos, pero sobre todo a escuchar con el alma, y con todos los sentidos.

Quiero aprender a escuchar lo que dice el corazón, lo que dicen los hombres caídos, los ojos tristes, las manos inquietas.

Quiero escuchar el mensaje que esconden las palabras. Quiero descubrir la angustia enmascarada, la inseguridad enmascarada, la soledad encubierta.

Quiero penetrar en la sonrisa falsa, la felicidad simulada, la adulación exagerada. Para descubrir el dolor de cada corazón, para descifrar el porqué de las lágrimas... Poco a poco, quiero y necesito aprender a amar...

Yo estoy aprendiendo a perdonar, porque el amor perdona, limpia las heridas, y borra las cicatrices que la incomprensión e inseguridad grabaron en el corazón herido.

El amor alivia la herida que dejaron los pensamientos dolorosos. No cultiva las ofensas con las piedades y autocompasión. El amor perdona, da alivio, extingue todo el dolor en el corazón. Yo, paso a paso, estoy aprendiendo a perdonar, a amar, yo estoy aprendiendo a descubrir el valor, dentro de cada vida, de todas las vidas.

El afecto y aceptación, para las experiencias duras, vivido a lo largo de los años. Yo estoy aprendiendo a ver, en las personas, su alma, y las posibilidades que Dios les dio.

Yo estoy aprendiendo, pero, ¡cómo es lento el aprendizaje! ¡Cómo es difícil amar, como Cristo ama! Aunque, tropezando, vagando, yo estoy aprendiendo.

Aprendiendo a poner de lado mis propios dolores, mis intereses, mi ambición, mi orgullo. Cuando estos impiden el bienestar y la felicidad de alguien. Como es duro amar pero quiero y cada día es mi anhelo aprender a amar como Cristo me amó, con una entrega absoluta, sin interés, sin prejuicios y sin dolor sino con gozo.

2 comentarios:

  1. Quiero siempre amar como Cristo me amo!!! Que difícil se hace...pero nunca imposible si Dios camina con nosotros,buena semana!
    Bendiciones.

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  2. Es tan bello amar a Cristo,como tan bello amar al prójimo pero a veces nos puede más el orgullo.Si queremos de verdad no hay nada imposible,en esta vida puede hacerse realidad si hacemos las cosas de corazón y con sinceridad. Debemos de saber perdonar,como saber escuchar con los cinco sentidos,y ser buenos siervos del Señor.Sacar una sonrisa a quien quizás se haya sentido ofendido en algún momento de su vida que no cuesta nada.Quien ama a Dios no puede hablar de orgullo ni ambición,Dios lo dio todo por amor a nosotros,que menos que agradar simplemente tratando de hacer el bien a los demás,así seremos felices todos,cuando hacemos algo bueno por los demás
    nos sentiremos agradecidos con nosotros mismo,sin pretender nada a cambio.
    Ya lo dice el artículo el amor limpia la herida.
    Perdona y alivia al que ha ofendido. ¡Aunque el aprendizaje sea lento merece la pena aprender a amar!. ¡Es un gozo amar a Cristo como Él nos ama!.

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