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10 may 2013

En Mayo con María - Reflexión y Flor Día 11



La mayor revolución cristiana, después de Cristo, fue la de S. Francisco de Asís "¿Por qué precisamente a ti? ¿Por qué precisamente acuden a ti todas estas gentes?" 

El humilde pobre respondió: "Porque el Señor no ha encontrado ninguno tan mezquino como yo". El santo se tenía como más mezquino que los demonios, y decía: "si ellos hubieran recibido las gracias que he recibido yo, amarían al Señor más que yo".

La Virgen tiene las mismas preferencias que Jesús: ¿A quién se aparece? A niños, pero no niños instruidos, de buena familia, sino a unos ignorantes, analfabetos, sin ningún atractivo. ¿Por qué?

La única razón era la extrema inocencia, su total candor; tenían sí defectos, fruto de la ignorancia de sus padres, pero no tenían vicios. Analicemos los casos de la Salette, Lourdes, Fátima. Todos habían conservado la pureza de los liríos.





El truco


"Pura lana virgen" "¡Da gusto un aire tan puro!" "Agua pura y cristalina". "Puro sabor americano"... Frases impactantes de anuncios publicitarios.


El gran elogio de cualquier cosa es la pureza: no contaminado, sin adulterar, genuino, no pasado, auténtico.

¡Santa María qué alegría!, que Tú, mi Madre, seas piropeada siempre como "Pura", por tu corazón puro, generoso, limpio, grande. Ayúdame a vivir siempre y en todo momento, la virtud de la pureza. En las tres Avemarías de la noche te pido, de rodillas (como para suplicártelo también con mi cuerpo) el regalo de la pureza para mí y para los míos.

Con qué sencillez y alegría se expresaba aquel chaval: "¡Las tentaciones de pureza ya no son un problema! ¡ya tengo el truco!, acudo enseguida a la Virgen "un Bendita sea Tu Pureza y siempre venzo". Después de tiempo luchando y siendo vencido, por fin se dio cuenta dónde tenía la verdadera fuerza para luchar: ¡En su Madre!

Perdona, Madre mía, porque muchas veces me parece que pedir ayuda es... lo de menos, lo menos importante. Lo que pienso, en el fondo, es que para vencer, para conseguir hacer algo que me cuesta, lo importante es lo que yo haga y yo consiga... Ahora me doy cuenta de lo equivocado que estoy. Gracias, Madre, porque ahora sé que lo más importante es lo que yo reciba de Ti y no lo que yo solo pueda hacer.

Ahora puedes seguir hablando a María con tus palabras, comentándole algo de lo que has leído. Después termina con la oración final.


Texto escrito por José Pedro Manglano Castellary (Sacerdote)


Cortar un gladiolo y resituarlo a los pies de Santa María Virgen es no permitir que lo intelectual pueda con la semilla de lo sobrenatural que todos llevamos dentro.

Los entendidos, cuando hablan del gladiolo, comentan que refleja a la cabeza dominando el corazón y los sentidos.

Ciertamente que en la época que nos toca vivir decimos que no hay que ser sentimentalistas; que hay que huir de todo aquello que denote debilidad en el carácter o en el corazón.

Ojalá nosotros, por el contrario, seamos de aquellos que piensan que el corazón tiene razones poderosas que jamás la mente podrá doblegar ni entender.

María, al recibir este obsequio en forma de flor, nos recuerda que Ella también meditó, guardó y saboreó todo aquello que el Espíritu le inspiraba en lo más hondo de su corazón.

Qué razón tenía aquel sabio cuando sentenció: 


“dejar al hombre sin sentimientos 
es convertirlo en fría piedra”.


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