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15 nov 2013

Oración para el Tercer Domingo de Adviento


MI ALEGRÍA ERES TÚ, SEÑOR

 

Vienes en silencio y tus pasos, Señor,

producen en mi, calma, seguridad y paz.

Necesito, Señor, un poco de tu mundo:

De tu gozo, para mi corazón triste

De tu alegría, para mi alma esquiva

De tu mano, en mis caminos inciertos.
 
 

¡VEN, SEÑOR!

Y hazme recuperar la alegría perdida

El gusto por vivir, despertando cada mañana

La esperanza en tanta hora triste

Porque Tú, Señor, eres alegría

haz que mis dos ojos brillen

con el resplandor de la felicidad

con el encanto de la fe

con la virtud de la caridad.
 
 

MI ALEGRIA ERES TU, SEÑOR

Porque vienes y te sientas a mi lado

Porque compartes mi condición humana

sabiendo lo frío, que tantas veces,

se encuentra mi corazón y mi pensamiento.

Porque, siendo Dios, apuestas fuerte por mí

Porque, estando en el cielo,

plantas tu tienda

en medio de tanta incertidumbre y viento

que sacude a nuestro viejo mundo.
 
 

MI ALEGRIA ERES TU, SEÑOR

Por eso te doy gracias y bendigo tu nombre

Espero tu llegada y preparo mi interior

Anhelo la Noche Santa de la Navidad

y afino las cuerdas de mi alma,

 con la verdad, la espera, el silencio,

la humildad o la vigilancia.

Sólo sé, mi Señor, que mi alegría

con tu llegada y por tu Nacimiento

eres Tú, Señor.
 
Padre Javier Léoz
 

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