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14 jun 2012

15 de Junio: Corazón de Jesús


Hoy se celebra una de las fiestas más entrañables y populares de nuestro calendario cristiano: el Sagrado Corazón de Jesús.
En este viernes siguiente al Corpus Christi, irrumpen de nuevo y con especial fuerza las entrañas de Jesús:
su voluntad, su esencia, su poder, su pensamiento, su sensibilidad. ¡Cuántas cosas! ¡Pero cuántas, reflejan y simbolizan el Corazón de Jesús!
Todo lo que hizo Jesús nos conmueve, nos atrae y es objeto de admiración:
- Sus pies nos recuerdan los caminos emprendidos para encontrarse con el hombre…
- Sus ojos, entre otras cosas, nos seducen cuando nos miran con amor y hasta con persuasión: “sígueme”
- Sus lágrimas nos recuerdan nuestras traiciones, negaciones y deserciones….
- Sus manos, nos traen instantes de bendición y de entrega, montes de cruz y de pasión, lagos y llanuras de pan multiplicado y de fraternidad…


Pero ¿y su corazón? Su corazón es mucho más. Su corazón nos dice muchísimo más. Es la imagen más divina, la más certera y límpida, de lo que Jesús fue y pretendió: amor que se partía, amor que obedecía, amor que se humillaba, amor dado hasta la saciedad.
La festividad del Corazón de Jesús nos lleva inmediatamente al encuentro con Dios. El sístole y el diástole de Jesucristo fue el cumplir la voluntad de Dios y hacerla visible a los hombres. Y, por ello mismo, entrar en el Corazón de Jesús es adentrarse en el Misterio de la Trinidad; es ponerse en las manos de Dios; es saber que, Dios, habita y actúa en Cristo.
El Corazón de Jesús es el corazón de Dios que ama. El Corazón de Jesús es un camino que nos lleva al encuentro con el Padre. El Corazón de Jesús nos empuja a amar con locura a Áquel que tanto Él amó: Dios.


¿Seremos capaces de ver el secreto de la vida del Corazón de Cristo? ¿No nos estaremos quedando en el simple concepto de “corazón” cuando, el de Jesús esconde, lleva y nos atrae con una fuerza poderosa y penetrada por el Misterio?
¿Seremos valientes de meternos de lleno en el Corazón de Jesús y saber cómo son sus sentimientos para intentar que los nuestros vayan al mismo compás que los suyos?
Decir “Corazón de Jesús en Ti confío” es saber que, Jesús, nos lleva hacia el Padre. Es comprender que sus miradas, afectos, deseos, pasión y vida, estuvieron totalmente capitalizadas y orientadas desde Dios.
Decir “Corazón de Jesús en Ti confío” es aproximarse a una fuente de la que brota algo, tan esencial como escaso en nuestro mundo y en las personas: amor desbordante. ¿De dónde viene? De Dios ¿Por qué brota? ¡Por amor! ¿Para quién? ¡Para el hombre!

Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. El viejo adagio “amor con amor se paga” cobra actualidad en este día.
Contribuyamos con amor, el inmenso amor que el Corazón de Cristo nos entrega. Y, a la vez, le pidamos que nuestro latir sea el suyo, que nuestro vivir sea el suyo, que nuestro querer y voluntad sean las suyas. No podemos decir “Corazón de Jesús en Ti confío” y, a continuación, perder la paciencia cuando no hay proporción entre esfuerzo y cosecha o entre oración y respuesta.
En cuántos momentos preguntamos a los niños: Tú, ¿a quién quieres parecerte? Hoy, también a nosotros, pequeños en definitiva también, el Señor nos pregunta: ¿Quieres tener los mismos sentimientos de mi corazón?

¿Quieres amar como yo amo? ¿Quieres tener y descubrir a Dios como yo lo he descubierto y quiero? ¿Quieres obedecer aunque te cueste? ¿Quieres entregarte con ganas o sin ellas? ¿Quieres perdonar aunque te parezca que pierdas?
¿Quieres…quieres…quieres?
Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. ¿Es nuestro corazón de Jesús… o de otros señores?
Fuente: www.osma-soria.org/pdf/sagrado_corazon/posible_homilia.pdf

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