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29 ene 2014

¿Sabemos perdonar?

 

Crecer no es una tarea sencilla.
Avances, retrocesos, desilusiones, esperanzas
y mucho dolor acompañan el proceso vital
del hombre en este mundo, proceso cuyo
sentido último es el de la evolución del espíritu.

En este trayecto forzosamente existirán
personas que nos lastimen, que nos nieguen
aquello que deseamos, que no nos comprendan
o incluso que nos traicionen.

Se trate de una herida emocional que nos
hayan provocado nuestros padres, de alguien
que nos ha olvidado o de un amigo que no
ha sabido actuar con lealtad, todos hemos
sufrido alguna vez por causa de otra persona.

Ahora bien. ¿Qué sentimos por ese que nos dañó?
¿Intentamos alguna vez comprender por qué actuó
de ese modo? ¿Somos capaces de olvidar
la ofensa sufrida? ¿Sabemos perdonar?

Cuando las cicatrices no logran cerrarse
y el rencor continúa anidando en nuestro
espíritu, su energía actúa como un veneno.

Muchas de nuestras enfermedades se deben
a esta contaminación energética, a la ira
permanente, a los pensamientos de venganza
y destrucción que ocupan nuestra mente.

También muchos de nuestros fracasos nacen
en este aferrarse a dolores pasados porque allí
donde existe el resentimiento difícilmente pueda
florecer una actitud positiva hacia los demás.

Por eso, para curarnos, debemos perdonar.
Perdonar a quien nos olvidó, perdonar
a quien nos agredió, perdonar a quien
destruyó lo que amábamos.
Enviar Luz y paz para que la Luz
y la paz regresen a nosotros.
Perdonarnos a nosotros mismos.

Aceptar y cuidar al niño asustado, enojado
o confundido que llevamos dentro y rodearlo
de un infinito amor. Convertirnos en amor
para que el amor sea. Y entonces así, crecer
libres de toda atadura  y de todo miedo,
crecer en felicidad.

Fuente: nuestraedad.com

2 comentarios:

  1. Una felicitación efusiva por los dos millones de visitas, que se han alcanzado hoy en este blog. Esto quiere decir que está haciendo mucho bien, pues se demuestra en el interés de tantos, que de lugares lejanos de habla hispana, incluido Norteamérica y todo Europa, están entrando continuamente a visitarlo. Que sea todo para mayor gloria de Dios y de la Santísima Virgen de la Cela.
    Adelante y a no cansarse nunca. Hay que ahogar el mal en abundancia de bien. Que siga en este ritmo y podrá recibir por lo menos otro millón más de visitas en este año que acaba de empezar.
    Que Dios os bendiga.

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    1. Gracias a usted por enseñarme y encaminarme a intentar empezar a volar incluso sin ser capaz de percibir, ni de sentir la presencia de las alas. Gracias por decir siempre: "¡Adelante!" Gracias por decir: "No te desanimes. No tengas miedo". No son suficientes las palabras para expresar mi agradecimiento. Gracias por enseñarme a decir: "Todo por Él y Ella. Todo para Él y Ella". Y gracias por enseñarme no solo a decirlo, sino también a sentirlo.
      Gracias también a la persona que un día le dije: "¡Quiero volar!" y él me contestó: "¡Puedes volar! Usa tus alas al Servicio del Señor!"
      Y por supuesto GRACIAS SEÑOR por utilizarme como instrumento tuyo, aunque no lo haga lo suficientemente bien como Tú quisieras.

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