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30 ago 2013

Amor a la Virgen María




Nuestro amor por María puede revestir distintos grados, desde el recuerdo en los momentos difíciles para solicitar su socorro, hasta la imitación de su vida. Esta devoción arranca de su maternidad: primero Madre de Jesús y en Él y con Él Madre de todos los hombres y, más en concreto, de la Iglesia. 


Ella es quien nos invita a participar de su misión maternal y a prolongar su obra.

Quiere que penetremos en sus intenciones a fin de amar mejor a su Hijo en el prójimo. Nos pide que le sirvamos con un respeto infinito bajo las apariencias del prójimo, y que veamos siempre, como Ella, a Jesús en cada hombre, aproximándonos a Él no como un superior o un igual, sino como un inferior que se acerca al maestro. Quiere que amemos al prójimo con su misma delicadeza y tacto, con aquella perseverancia propia de una madre que no abandona jamás a su hijo. 

Autor: Cardenal Suenes

1 comentario:

  1. María Madre de Dios y Madre nuestra ayúdanos a seguir Tú ejemplo de Madre y saber amar más al prójimo.Y sintamos en Jesús todo lo bueno que nos regala con su Presencia,una Madre nunca debería de abandonar a su hijo porque Tú nunca lo hiciste y porque nuestra misión materna ha sido un regalo caída del cielo que debemos de agradecer con la mayor ilusión y sinceridad como solo lo sabe hacer una Madre.Un hijo es toda una bendición de Dios.
    Aprendamos de ese amor que la Virgen María derramó en el sacrificio´de Jesús.
    Tratemos de amar a María como Cristo la amó,amar a María con el amor encendido de Cristo es amarla con el amor que le han tenido los santos.
    Algo de ese apasionado amor se expresa en esta oración de Santa Catalina de Siena.
    ¡Oh María,María, templo de la trinidad!Oh María,
    portadora del Fuego! María que ofreces misericordia,que germinas el fruto,que redimes el género humano,porque,sufriendo la carne tuya en el Verbo,fue nuevamente redimido el mundo.
    ¡Oh María,dulcísimo amor mío!En ti está escrito
    el Verbo del que recibimos la doctrina de la vida...¡Oh María!"Bendita tú entre las mujeres, por los siglos de los siglos". Que tú Divina Gracia sea para mi gozo y consuelo para seguir amándote cada día más.
    Y seguir por el camino de la verdad...y no perder la esperanza en momentos de oscuridad...¡Que la luz de tú Hijo Amado sea la lámpara que esté siempre encendida en mi corazón.Y sea fuente de vida en los corazones más necesitados! ¡Bajo tú amparo nos acogemos Santa Madre de Dios!.


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