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28 jul 2013

Reflexión: Hagamos que nuestra espera sea correcta...

 
Primero esperé crecer, quería ser grande,
y no pude disfrutar de ser pequeño...
después esperé el amor de mi vida,
y cuando llegó no me di cuenta de que ese era...

Me alejé de Dios porque pensé
que Él me había olvidado, y no supe esperar
las señales, y que Él estaba a mi lado
enseñándome el camino...

Hoy a más de la mitad de mi vida,
desperté y me di cuenta, que a pesar
de haber esperado sin saber qué esperaba,
sólo Dios supo darme la paz y la tranquilidad,
y sobre todo hoy mi fe es tan grande
que ya no espero, porque sé que todo llega
a su debido momento, cuando Dios lo dispone,
porque para Él, su tiempo no es nuestro tiempo.

Entonces sé que vivo hoy y disfruto hoy,
y cuando lleguen aquellas cosas
que mi corazón desea, y sólo Dios sabe dar,
entonces sí voy a poder verlas y disfrutarlas,
sin dejarlas pasar esta vez...

Nunca es tarde para abrir nuestros ojos...
y nuestros oídos a la dulce voz del Señor.

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