Padre Nuestro
Padre, Padre Dios.
Padre Nuestro, de todos.
No te decimos cada uno por su cuenta, "Padre Mío" expresión de uso exclusivo y egoísta.
Te decimos Padre Nuestro porque nos reconocemos hermanos de todos los hombres e hijos privilegiados tuyos.
Un Dios que eligió amarnos y darnos la vida por amor.
Un Dios que quiso crearnos hijos. Ni súbditos, ni esclavos: Hijos.
Por eso, te decimos: "Padre", Te decimos "Nuestro" y nos comprometemos a presentarte así ante nuestros hermanos; Que nuestra actividad catequética siempre ayude a mostrarte como Padre. A contar tus maravillas y a transmitir Tu Amor, a los que no saben de Él.
Que estás en el cielo
Reconocemos que son lo más grande que hay; Que estás en el cielo.
Pero no un "cielo" lejano; un "cielo" que es Reino tuyo que ha sido anunciado a nosotros, tus hijos. Y que podemos empezar a vivir desde ya.
Santificado sea Tu Nombre!
Sí, que todos los hombres te conozcan y reconozcan Tu Nombre por sobre todo nombre. Que nadie hable blasfemia en nombre tuyo; que no se mate ni se robe, ni se censure, ni se discrimine en Tu Nombre, como muchos lo hacen.
Que Tu Nombre sea Santificado. Respetado, Conocido por los hombres.
Que nuestra labor como catequistas contribuya a difundir tu nombre y que podamos hacerlo con claridad y transparencia. Que nunca nos anunciemos "a nosotros mismos", buscando prestigio o ascendiente delante de los demás sino que siempre te anunciemos a Ti.
Venga a nosotros Tu Reino
Tu Reino de justicia, paz, amor y libertad. Que venga a nosotros ya.
Que seamos capaces de empezarlo a vivir en medio de los abatares cotidianos. Que nuestra catequesis sean verdadero anuncio del reino.
Que hagamos una catequesis profética, en la que el anuncio y la denuncia aporten sabiduría a nuestra comunidad. Que sepamos leer tu paso por la historia.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo
Padre Nuestro Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Te pedimos con insistencia, que se realice Tu Voluntad, en el mundo, entre nosotros, como ya se realiza en el Reino.
Que seamos capaces de darnos cuenta que Tu Voluntad es, como dice Pablo: "Que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la Verdad". Que seamos capaces de comprender que Tu Voluntad es, como dice Jesús: "Que nos amemos los unos a los otros como Él nos amó". Ayúdanos a ser claros para contar a todos ésta, la esencia de Tu Voluntad. Que nuestra catequesis permita descubrirla y sea el camino para vivirla.
Danos hoy nuestro pan de cada día
Te lo pedimos con toda confianza. Danos el pan como nos diste la vida, danos el alimento material y espiritual de tu mano providente.
Confiamos en Ti, aunque sabemos que debemos poner nuestro esfuerzo y nuestro trabajo para ganar ese pan. Padre, nuestra petición no es pasiva, es compromiso porque decimos con San Benito que te rezamos como si todo dependiese de Ti pero queremos hacer nuestro trabajo como si todo dependiese de nosotros. Que así sea en nuestra catequesis. Que nuestra dedicación y nuestro esmero sea como si todo dependiera de nosotros pero sin olvidar que la conversión de la persona siempre depende de Ti.
Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
Y también perdona esta audacia de pedirte que nos perdones de la misma manera que nosotros perdonamos, mejor, enséñanos a perdonar como sabemos que Tú perdonas. Enséñanos a amar como Tú nos amas.
Enséñanos a ser misericordiosos como Tú eres misericordioso.
Enséñanos a ser perfectos como Tú eres perfecto. Que nuestra catequesis sea verdadera escuela del perdón. Que aprendamos a arrepentirnos del mal que cometemos. Que aprendamos a dolernos de los males que provocamos. Que aprendamos a decir perdón por todos nuestros errores.
No nos dejes caer en la tentación
Sabemos que estamos rodeados de tentaciones y sabemos que no eres Tú quien nos tienta sino el mal. No te pedimos que nos esquives las tentaciones, siempre van a estar pero danos tu Espíritu para no "entrar en su juego".
Los catequistas estamos tentados por muchas cosas. Las tentaciones comunes de cualquier mortal y las tentaciones propias de nuestro ministerio catequético. Muchas veces nos creemos mejores que otros por ser catequistas o somos soberbios en nuestra fe o nos consideramos "superados" en nuestra relación contigo. Es una gran tentación, Padre. Porque, muchas veces, no sabemos aprovechar como es debido tu cercanía y tu confianza.
Líbranos del mal
No te pedimos que nos saques del medio del mundo. Te pedimos que nos libres del mal aunque tengamos que convivir con Él. El horror, el hambre, los abusos y atropellos a las personas, el egoísmo, la mentira, el error, el pecado....
El mal. Líbranos del mal.
Padre Nuestro, nos ponemos en tus manos.
Somos catequistas por obra de Tu Gracia y no por nuestros méritos.
Que seamos dignos de anunciarte y encender la llamita del fuego sagrado en el corazón de los hombres.
Necesitamos tenerte cerca para sentirnos seguros y andar por el camino de la vida teniéndote a Ti, por compañía.
Amén.
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