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30 abr 2013

Un regalo para mi mamá. Un regalo para Jesús y para María


Desde la muerte de su padre, la familia de Roberto había luchado por subsistir. A pesar de los esfuerzos de su mamá, nunca había suficiente para todos. La pobre mujer trabajaba el turno de la noche en el hospital, pero lo poco que ganaba no le alcanzaba para mantener a su familia, aunque lo que no podía darles en lo material, lo compensaba con amor y ternura.


Se acercaba el Día de la Madre y las tres hermanas de Roberto ya le habían hecho a su mamá un lindo regalo. Pero él seguía sin tener el dinero necesario.
No es justo, pensaba Roberto, que tenía apenas seis años de edad. Faltan pocas horas para el Día de la Madre, y no tengo absolutamente nada que darle a mamá. Procurando contener las lágrimas, se encaminó hacia alguna de las tiendas del pueblo. Pasó por una tras otra y contempló las vidrieras decoradas. En cada una de ellas podía ver regalos que él jamás podría comprarle a su madre.


Casi de noche, Roberto decidió volver a su casa, cuando  pronto observó una moneda que brillaba en la acera. ¡Nadie jamás se sintió tan rico como Roberto al recogerla! Con su nuevo tesoro en la mano, entró alegre en la primera tienda que vio. Pero su ánimo decayó tan pronto como el vendedor le explicó que allí no podía comprar nada con una sola moneda.




Por lo tanto, entró en la floristería de enfrente y con decisión mostró la moneda y preguntó si eso le alcanzaba para comprar una flor para su mamá como regalo. El comerciante lo miró con ternura, se inclinó y le dijo: Espera aquí un momento, que voy a ir a ver si hay algo que pueda hacer por ti.


Ante el asombro de Roberto, el dueño regresó con una docena de unas preciosas rosas rojas atadas con un lindo lazo plateado. Ahora sí me puedes dar la moneda que tienes en la mano jovencito, le dijo el hombre. Sabes, tenía estas rosas a un precio rebajado ¡Una docena por una sola moneda! ¡Menos mal que llegaste a tiempo para comprarlas, si no, nadie hubiera aprovechado esta magnífica oferta!


Roberto le dio las gracias, pagó y salió de la tienda. El hombre se asomó para ver cómo el niño se alejaba dando saltos de alegría. Más tarde, se le acercó su esposa y conmovido le contó:
-Esta mañana, antes de abrir el local, percibí en mi interior, una voz que me decía: aparta una docena de tus mejores rosas para un regalo muy especial. No sé por qué, pero lo hice. Pasé todo el día esperando que ocurriera algo con esas rosas y justo antes de cerrar, un niño entró con la intención de comprarle a su mamá una flor con una sola monedita. Recordé que hace muchos años, cuando era niño, me había pasado algo muy parecido. Yo tampoco tenía dinero para comprarle un regalo de Navidad a mi madre, pero un desconocido me vio en la calle y me dio exactamente el dinero que necesitaba. Cuando vi a ese niño esta noche, supe que la voz que había oído esta mañana era real, así que fui y le entregué el ramo de rosas. Pero aún hay más, en mi corazón sentí que aquel regalo, no sólo lo preparaba para ese niño y su mamá, de alguna manera supe que lo estaba preparando para Jesús y María.



 Jesús te dice:
“Lo que ustedes hicieron para ayudar a uno de mis hermanos más pequeños, es como si lo hubieran hecho por Mí” 
Mateo 25:40

29 abr 2013

En Mayo con María - Reflexión y Flor Día 1


Comienza el mes con la memoria de San José Obrero. Parece un buen auspicio porque ninguno ha amado a la Virgen como San José. Ninguno como él se sentía indigno de estar junto a ella. Desde el momento de la visión del ángel se puso literalmente al servicio de María y de su divino Hijo. Los defendió, protegió, ayudó con su trabajo.



Mi Compañera

"Nuestra Señora -decía Teresa de Calcuta- me acompaña en todos los viajes; la llamo mi Compañera desde que un día, en Berhampur, le dije al capellán de las Hermanas que me regalase una imagen de María Milagrosa con las manos abiertas, derramando gracias sobre el mundo. Aceptó encantado, embaló la imagen y la llevó a la estación. Era una imagen muy grande, casi de tamaño natural, así que el jefe de estación quería que la facturase y pagase la correspondiente tarifa. Pero yo tenía un pase en los ferrocarriles para mí y una compañera, así que le dije: "ésta es mi compañera..." y me dejó viajar con la imagen sin pagar nada por ello. Desde entonces, la Virgen me acompaña siempre en mis desplazamientos. Nunca viajo sola"

Es ahora cuando puedes hablar con Santa María. Si quieres puedes empezar diciéndole lo escrito a continuación; luego comenta algo más con Ella.

María, siempre, pero de modo muy especial en este mes de mayo, necesito que me acompañes, que estés conmigo todo el día. Me gustaría darme más cuenta de que realmente te tengo a mi lado en todo momento; aprovecharé -si me ayudas- cada imagen tuya que vea para decirte algo, recordarlo y contar contigo. Gracias, "Compañera".

 
Texto escrito por José Pedro Manglano Castellary (Sacerdote)



A Ti Madre, que eres ensalzada y venerada por los siglos de los siglos, te presento la flor preferida de la literatura y las artes: la cala.
 
Simboliza, además, la pureza y la dulzura que todo el que te contempla y te reza quisiera alcanzar para sí mismo y para los que le rodean.
 
La cala simboliza la quietud y la firmeza. Ofrecemos a María nuestro deseo de permanecer sólidos en nuestros criterios cristianos. Que nada ni nadie perturbe la paz que encontramos al sentir muy cerca la presencia de Dios en los acontecimientos de nuestra vida.
 
La cala, en este día del trabajo, quiere ser petición por aquellos que trabajan y por aquellos otros que viven angustiados en la búsqueda de un empleo. Que San José, con su vara que representa la autoridad y la experiencia, la firmeza y la serenidad, nos acompañe en este mes de mayo.
 


 

“Si sólo trabajamos por nuestros bienes materiales,
nos estamos construyendo nuestra propia cárcel”

(A. Saint Exupéry)

28 abr 2013

Oración para crecer




Crecer es dejar atrás algo a lo cual estuvimos apegados y de lo cual nos cuesta desprendernos; es atrevernos una vez más y estar dispuestos a ser diferentes de lo que fuimos ayer; es desarrollarnos y evolucionar desde adentro. Cuando decidimos cambiar una actitud negativa, estamos creciendo. Cuando decidimos corregir un error, nos estamos superando.

Señor, a veces lo que me trae problemas, son mis defectos o mi forma de actuar. Quizás no quiero reconocer esos defectos, y me los oculto a mí mismo. Mis actitudes, mis palabras o mis miradas despiertan el rencor de los demás, la envidia o el desprecio. Señor, ayúdame a descubrir mis actitudes de orgullo, egoísmo o indiferencia, ayúdame a ver todo eso que cae mal a los ojos de los demás. Y dame tu ayuda divina para que pueda cambiar. Tócame con tu gracia, y embelléceme con virtudes y dones que me hagan más agradable a los ojos de los hermanos. Quiero ser un instrumento tuyo para bendecirlos y hacerles bien. Tómame, Señor. Amén.
V. Fernández.

El conocimiento de ti mismo, de tus fortalezas y debilidades, está en la base de tu crecimiento armónico como persona. Con un ojo en tus virtudes para conservarlas y darles brillo, y con el otro ojo en tus debilidades para neutralizarlas, afronta con esperanza y firmeza esta labor cotidiana de llegar a realizar el proyecto de Dios sobre tu vida.

Padre Natalio

La Oración, instrumento para la calidad humana


Cuando el alma
se sumerge en la oración
como un pececito en el agua...
la oración se vuelve gustosa...
el alma saborea el gusto
de estar en comunicación
íntima con Dios.

¿Cómo se mide tu valor?



No se mide según con quién sales, 
ni por el número de personas
con quienes has salido.

No se mide por la fama de tu familia,
por el dinero que tienes, por la marca
de coche que manejas, ni por el lugar
donde estudias o trabajas.

No se mide ni por lo guapo ni por lo feo
que eres, por la marca de ropa que llevas,
ni por los zapatos, ni por el tipo de música
que te gusta. Tu valor, simplemente, es…
Otra cosa

Tu valor:
Se mide por el sabor de boca que dejas
a los demás con tu presencia y con tus comentarios.
Se mide según a quién amas y según a quién dañas.
Se mide según la felicidad o la tristeza
que proporcionas a otros.
Se mide por los compromisos que cumples
y las confianzas que traicionas.

Se trata de lo que se dice y lo que se hace…
y si esto es dañino o benéfico.
Se trata de a quién no  le haces caso
o ignoras intencionalmente.

Se trata de los juicios que formulas, y a quién
o contra quién los comentas. Se trata del amor,
el respeto o el resentimiento que llevas dentro de ti,
y de cómo lo cultivas .

El no hacer demasiado alarde de lo bueno que
hagamos , cuando uno sabe su valor, a veces
no es necesario decir nada.  Ni firmar todo
lo que hacemos para que todos vean,
mira yo lo hice, mira yo lo escribí…
Basta con que Dios lo sepa.

Tú valor se mide, por la capacidad que tengas
de ser compasivo y comprensivo con los demás.
Por la capacidad que tengas de ver más allá
de las apariencias, de valorar a las personas
no por su aspecto o status. De ser sencillo
a pesar de tener todos los medios para
poder ser altivo.

De dar un buen trato a todas las personas,
aún a las más humildes… que son las que más
necesitan de una muestra de interés, cariño
o humanidad de los que estamos en otro
nivel económico. La vida será contigo tan justa
como lo eres con los demás.

Esto, es lo que le da un verdadero valor
a tu persona, esto se llama tener una verdadera
“calidad humana”.






Mi amistad es tuya para siempre



Con algunos verdaderos amigos
        se puede hablar de cualquier cosa,
        se está tan a gusto uno con el otro,
        dos almas que se susurran y mantienen la fe cuando el camino tiene espinas...

        Cuando tienes amigos como éstos
        no importa por cuánto tiempo los conociste
        pues ya sabes que siempre te comprenderán
        no importa la distancia, pues la amistad verdadera no tiene frontera.

        Si el tiempo o la distancia
        hubieran de separarnos
        hoy, mañana, o en los días venideros
        nuestra amistad perdurará
        en lo más profundo de mi conciencia,
        de mi corazón, y de mi alma.

        Autor: M. Maxine Largman


 

Forjar tu ser con felicidad


Eres feliz cuando descubres el encanto de las cosas pequeñas. En ellas luce la verdadera grandeza. Eres feliz cuando disfrutas el ahora intensamente, no te ofuscas por el pasado ni te angustias por el porvenir.
Eres dichoso cuando eres misericordioso, pacífico, limpio de corazón, cuando tienes hambre y sed de justicia. Eres dichos cuando te esfuerzas por ser benevolente, humilde, amigo de Dios y hermano de los hombres. La felicidad no te es esquiva al caminar en la verdad, actuar con la justicia y vivir en el amor. "El hombre, para ser feliz, no necesita riquezas ni dignidades. Lo estrictamente necesario basta para la alegría del cuerpo; la cultura desinteresada, para la satisfacción del espíritu; y el cumplimiento del deber, para la tranquilidad de la conciencia", Lacordaire.
La felicidad la llevas contigo si eres íntegro y bondadoso. La felicidad está en servir, no en dominar, nace de compartir, no de acumular.

Idea para que los niños regalen a Nuestra Madre María

Colorea y pega corazones en los rayos del Sol:


Colorea y pinta labios en la copa del árbol:



Te quedaría así:




23 abr 2013

Oración Quinto Domingo de Pascua



POR TI, SEÑOR
Daremos razón de tu nombre,
aunque, el hablar de Ti,
nos cause desasosiego o incomprensión.

Ofreceremos, nuestras manos abiertas,
aún a riesgo de ser tratados como ilusos
de que, lo que damos o hacemos,
no sirve de nada ante un mundo
en el que sólo se valora lo que se paga.

POR TI, SEÑOR
Miraremos al cielo 
buscando un rasgo de tu presencia.
Miraremos hacia el duro asfalto
para llevar tu Buena Noticia,
la alegría de tu ser resucitado
tu Palabra, como aliento y vida,
tu rostro que tonifique nuestra triste existencia.

POR TI, SEÑOR
Amaremos, aún no siendo amados.
Y, en medida rebosante y sin cuenta,
colmaremos y calmaremos
los corazones que necesitan paz,
las almas que se han tornado en tibias,
los pies que se resisten a caminar,
los ojos que se han quedado en el vacío.

POR TI, SEÑOR
Mantendremos, eternamente nuevo,
el mandamiento que Tú nos dejaste:
amar, sin mirar a quién
amar, sin contar las horas
amar, con corazón y desde el corazón
amar, buscando el bien del contrario
amar, buscándote en el hermano.

POR TI, SEÑOR

Padre Javier Léoz

Diez consejos para vivir en cristiano

 
1. No presumas de "cristiano", vive como buen cristiano.
Sé humilde. Reconoce que todos necesitamos el perdón
y la misericordia. El tercer milenio del nacimiento de Cristo
es una buena oportunidad para renovar
nuestras actitudes cristianas.

2. Agradece a Dios la fe que tienes.
Dedica, cada día, unos minutos a hacer oración. Ten un plan
de vida de piedad. Lee algún libro de formación cristiana.

3. Valora el hecho de ser cristiano y católico.
Alégrate de ser hijo de Dios y ciudadano del Cielo.
Renueva tu fe, recita despacio el Credo, reza el Padrenuestro.

4. Tomate en serio la misa del Domingo.
Se dice que "primero es la obligación que la devoción";
pues no olvides que nuestra primera obligación es con Dios.
Vivirás como buen hijo de Dios unido a toda la familia cristiana.

5. Confiesa tus pecados.
Nadie es del todo bueno. Atiende la llamada de Dios
que nos ofrece el perdón, la renovación interior, la alegría
de la salvación. Ve a la Iglesia, confiesa tus pecados
al sacerdote y recibe el gozo del perdón de parte
de Cristo y del Dios salvador.
 


6. Invoca a la Virgen para que te ayude a creer en Jesucristo
con amor, con fidelidad, con fortaleza, con coherencia.
Ella es madre y modelo de los discípulos, de la Iglesia entera.
Jesús la preparó para que fuera la madre espiritual
de todos sus hermanos. Acude a Ella con confianza de hijo.

7. Vive más sobriamente.
Confórmate con lo que tienes. Frena las ambiciones y los caprichos.
Piensa en los que tienen menos que tú. Ayúdales con tu tiempo
y con tu dinero. Con tu amor.

8. Habla de Jesucristo a tus amigos, a tus vecinos,
a tus compañeros de trabajo.
Háblales de la bondad de Dios, de la esperanza de la salvación,
de la posibilidad y la alegría de ser cada día un poco mejores
amando a Dios y haciendo el bien. Sé apóstol.

9. Cumple tus obligaciones de cada día.
Con amor, con alegría, con el gozo de ayudar a vivir a los demás
y de ir construyendo un mundo de fraternidad y de esperanza.

10. Ama a todos.
Defiende y protege la vida, desde la concepción hasta la muerte.
Ponte a favor de cuantos necesitan nuestra ayuda. Da gracias
a Dios por haberte llamado a colaborar con Él en la construcción
de un mundo mejor.
 

22 abr 2013

Reflexión - Para mejorar la relación suegra y nuera


Una joven llamada Lili se casó y se fue a vivir con su marido y su suegra. Después de un tiempo, no se entendía con ella; sus personalidades eran muy diferentes y Lili fue irritándose con los hábitos de su suegra, por lo que los problemas fueron agravándose.

Los meses pasaron, y las discusiones, eran cada vez más fuertes. De acuerdo con una antigua tradición china, la nuera tiene que cuidar a la suegra y obedecerla en todo, pero Lili, al no soportarla, decidió tomar una decisión y visitar a un amigo de su padre.

Después de oírla, él tomó un paquete de hierbas y le dijo: 

–No deberás usarlas de una sola vez para liberarte de tu suegra, porque ello causaría sospechas. Deberás darle varias hierbas que irán envenenando lentamente. Cada dos días pondrás un poco de estas hierbas en su comida. Ahora, para tener certeza de que cuando ella muera nadie sospechará de ti, deberás tener mucho cuidado y actuar de manera muy amigable. No discutas, ayúdala a resolver sus problemas. Recuerda: Tienes que seguir todas mis instrucciones al pie de la letra.

Lili respondió: 

–Sí, Sr. Huang, haré todo lo que me pida, y regresó para comenzar el proyecto de asesinar a su suegra.

Pasaron las semanas y cada dos días, Lili servía una comida especialmente tratada a su suegra.

Siempre recordaba lo que el Sr. Huang le había recomendado sobre evitar sospechas, y así controló su temperamento; obedecía a la suegra y la trataba como si fuese su propia madre.

Después de seis meses, la casa entera estaba completamente cambiada. Lili había controlado su temperamento y casi nunca la aborrecía. En esos meses, no había tenido ni una discusión con su suegra, que ahora parecía mucho más amable y más fácil de lidiar con ella. Las actitudes de la suegra también cambiaron y ambas pasaron a tratarse como madre e hija.

Un día Lili fue nuevamente en procura del Sr. Huang, para pedirle ayuda y le dijo: –Querido Sr. Huang, por favor ayúdeme a evitar que el veneno mate a mi suegra, ella se ha transformado en una mujer agradable y la amo como si fuese mi madre. No quiero que ella muera por causa del veneno que le di.

El Sr. Huang sonrió y le dijo: –Lili no tienes por qué preocuparte. Tú suegra no ha cambiado, la que cambió fuiste tú. Las hierbas que te di, eran vitaminas para mejorar su salud. El veneno estaba en su mente, en su actitud, pero fue echado fuera y sustituido por el amor que tu empezaste a darle.

La mayor parte de las veces recibiremos de las otras personas lo que les damos por eso acuérdate siempre:

«Ya que la cosecha es segura, 
tengamos cuidado con lo que sembramos»

www.reflexionesparaelalma.net

17 abr 2013

PASTORES CON OLOR A OVEJA: Reflexión IV Domingo Pascua



El Papa Francisco ha reclamado a sus curas y obispos que sean pastores con olor a oveja. Cristo olió a nosotros y le crucificaron, y continuaba oliendo a nosotros cuando resucitó para salvarnos. La arrogancia mata y el amor salva. Esta es la gran lección: estamos hechos de amor y esperanza aunque a veces nos ensombrezcamos de odio y de rabia.

     1. Seguimos en este tiempo de la Pascua atónitos y deslumbrados por los fulgores de la Resurrección de Cristo. Antes de su resurrección ya nos dejó muchas pistas para que pensáramos qué significaba ser cristianos o discípulos suyos.  No podemos quedarnos exclusivamente en el ser buenos, en afanarnos por un mundo mejor, en compartir algo de lo nuestro (eso lo puede realizar cualquiera que no sea creyente) para afirmar que nuestra vida cristiana ya es “como Dios manda”. Hay que ir más allá.

El Buen Pastor, Jesús, espera nuestra adhesión hacia Él. Implica el dejarnos guiar, seducir y regir por su cayado y por su voluntad.

Tres huellas, del Buen Pastor, nos pueden ayudar a no alejarnos de Él:

La Palabra: nos ilumina. Nos anima en tiempos de dificultades. Nos rescata de atolladeros en los que, por diversas circunstancias, nos hemos metido. La Palabra del Buen Pastor es siempre segura, certera, sabrosa. No escucharla nos lleva, en la mayoría de los casos, a un desconocimiento total de la personalidad y de la misión de Jesús.

La Oración: con la oración, el Buen Pastor, se relaciona personalmente con cada uno de los miembros de su rebaño. Con la oración, Jesús, nos señala la vía que hemos de escoger para no perdernos en las noches oscuras de la vida. Con la oración sentimos la necesidad de entrar en diálogo con Aquel que nos ama, que nos comprende y que nos quiere tal y como somos.

La Eucaristía: sin ella, los amigos de Cristo, nos debilitamos. El cristiano que no vive ni participa de la Eucaristía corre un serio riesgo: ser un simple borrego. Se deja ordenar por lo dictados del mundo. Se alimenta exclusivamente por otros alimentos perecederos que la sociedad ofrece, para embellecer el cuerpo o agradar el paladar, pero en detrimento de la belleza del espíritu o del alma.

     2. En un tiempo en el que escasean tanto los líderes, necesitamos de Alguien que presida y motive nuestra existencia. Que nos reconozca con nuestro propio nombre y apellidos. Que nos trate con cierta dignidad y delicadeza.  Como Jesús nada ni nadie.

Será difícil alcanzar la meta que Jesús nos propone. Será ardua la tarea de que, los pastores que dirigen la Iglesia, seamos tal y como Jesús se nos mostró. Pero siempre nos quedará el empeño de no abandonar cuando “tantos lobos” intentan apagar la voz de la verdad de Dios y, otras veces, arremeter contra los pastores que –con pecados y virtudes- intentan/intentamos orientar la vida de nuestras comunidades cristianas.

Demos gracias al Señor, en este Domingo IV de Pascua, porque sigue encabezando nuestro peregrinar por esta tierra e, incluso, dando la vida por cada uno de nosotros.

Os pedimos, en este Día del Buen Pastor, una oración por nosotros (por los sacerdotes). Grande la misión que nos ha encomendado el Señor, y muy frágiles en muchas ocasiones nuestras fuerzas. Por nuestras debilidades, pecados e inseguridades. E igualmente por aquel que preside la Iglesia en la unidad: el Papa Francisco en la que nos invita a involucrarnos más y mejor, con más intensidad y sencillez, para llevar al Pueblo de Dios a la coherencia en la fe.



Homilía del Padre Javier Léoz